COVID: UNA REALIDAD

Hablar del virus Sars-cov2 (COVID-19) nos conduce a entender que se trata de una enfermedad infecciosa causada por el coronavirus descubierto en el continente asiático y que a nivel mundial tiene repercusiones e impacto en diferentes ámbitos: social, educativo y por ende en materia de salud, información que todo mundo posee pero son escasos quienes asimilan la magnitud del problema.

Es tal el alcance que los medios de comunicación muestran datos estadísticos de muertes, contagios y se observa cómo crecen exponencialmente. La pregunta es…  ¿Qué hemos hecho al respecto para resolverlo?, ¿es la población responsable del crecimiento acelerado de los casos registrados?, ¿existe una cultura de prevención y cuidado en la sociedad?.

Las respuestas a dichos planteamientos son poco prometedoras, carentes de positivismo, si bien es cierto, no es momento de entrar en ese juego de víctimas y victimarios, ni  buscar presuntos responsables, si lo es el reflexionar y detenerte a pensar ¿Qué rumbo quieres para ti y tu familia? 

Estamos ante un panorama poco alentador, como sociedad no estamos preparados para adaptarnos a la nueva normalidad, se observa por doquier a personas realizando sus actividades como solían antes de la pandemia, sin protección ni las medidas necesarias, es nula la conciencia existente en la población, visitan lugares muy concurridos en los que suelen reunirse de forma constante, no miden las consecuencias de sus acciones.

Entre las repercusiones más convencionales suelen percibirse estrés, ansiedad, desgaste físico y mental, rehusarnos al encierro. Antes de exponerte reflexiona, piensa en el familiar que murió, en el amigo que se mostraba escéptico a esta realidad, en tu hijo que pasa horas frente a la computadora en clases virtuales, que no convive con sus amigos, que no juega en las instalaciones de su escuela, recuerda cuantas veces mencionaste… ¡esto a mí no me pasará! Y compara hoy ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes?, ¿te sientes pleno?, lo dudo no puedes sentir plenitud enajenándote de una realidad social que nos rebasa, nos consume, que te quita lo más preciado… la vida.

Cree en el mañana, cuida a tu familia, cuídate a ti mismo; comprende que se trata de una nueva normalidad, serán tus acciones, mis acciones y las de todos las que nos permitan reunirnos, convivir como antes solíamos hacerlo, reír, conversar, acudir a un club, parque o espacio de esparcimiento en familia, con los amigos,  pero completamente saludables, encuentra el lado positivo a la situación ahora tienes más tiempo para ti, tu familia, para permanecer en casa, trabajas desde casa, consiéntelos, da gracias por un nuevo amanecer.

Aprende a vivir con esta realidad… encuentra sentido a tu vida.

Anónimo