Los dedos en garra, mazo o martillo son unas deformidades que se producen en los dedos de los pies (excepto en el hallux o dedo gordo).
Estos 4 dedos restantes están formados por 3 huesos (a diferencia de los dos huesos que forman el dedo gordo) y por varias articulaciones (que son la unión de dos huesos).
A continuación, analizamos en profundidad cada una de ellas, así como las causas, síntomas y tratamientos.
TIPOS DE DEFORMIDADES: GARRA, MAZO Y MARTILLO
Existen diferentes tipos de deformidades en función de la articulación que se ve afectada. Principalmente diferenciamos estas tres:
DEDO EN MAZO
La articulación flexionada es la más próxima a la punta del dedo.
DEDO EN MARTILLO
La articulación flexionada es la del medio.
DEDO EN GARRA
En este tipo se produce una hiperextensión de la articulación metatarsofalángica y una flexión de la articulación interfalángica proximal y distal.
En los dedos en garra y en los dedos en martillo hay que diferenciar entre dos tipos:
SÍNTOMAS
El síntoma principal de estos tres tipos son su deformación, pero cabe la posibilidad de que el paciente no perciba la patología ya que los dedos se desvían lentamente y no se refleja estéticamente hasta pasar un tiempo. Hay otras señales que pueden alertarnos de que las sufrimos:
CAUSAS DE ESTAS DEFORMIDADES
ORIGEN CONGÉNITO. Una de las causas de estas deformidades, aunque no es la más común, es su origen congénito. En el caso de que se diera esta circunstancia, se podrá diagnosticar a tiempo. El podólogo aconsejará al paciente sobre los zapatos que debería utilizar y los tratamientos más adecuados para solucionar el problema.
CALZADO INADECUADO. La mayoría de los pacientes que acuden a nuestras consultas y sufren estas deformaciones utilizan calzado inapropiado que comprimen los dedos, como los zapatos de tacón, de punta muy estrecha o muy ajustados, los cuales hacen que se produzca un desequilibrio en tendones y músculos del pie favoreciendo la formación de esta deformidad.
PROBLEMAS MUSCULARES O ARTICULARES. Otra de las causas que puede provocar dedos en garra deriva de problemas musculares o articulares producidos por juanetes, pies cavos, pies planos, pies valgos o lesiones que han afectado a la forma del hueso. Estos tipos de pies son los más propensos a tener este problema.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA ESTA PATOLOGÍA?
El podólogo en consulta, a través de una exploración física, podrá afirmar esta sospecha diagnóstica de dedo en garra, mazo o martillo al observar la flexión del dedo.
Por otro lado, también es aconsejable hacer un completo estudio biomecánico de la marcha y pisada. De este modo, en movimiento, el podólogo observará la deformidad del dedo y determinará de forma más precisa el grado del problema.
TRATAMIENTOS PARA ESTA DEFORMIDAD DE LOS DEDOS DEL PIE
Respecto a los tratamientos, existen diferentes tipos dependiendo del grado de deformidad y rigidez (no es lo mismo tratar una deformidad «flexible» que «rígida»). A continuación, enumeramos los más utilizados:
PLANTILLAS PERSONALIZADAS
El uso de plantillas personalizadas ayuda a estabilizar el pie y evitar la deformidad de los dedos. En ocasiones, estas patologías derivan de una incorrecta forma de caminar de una persona.
ESTIRAMIENTOS
El estiramiento de los músculos extensores y flexores es recomendable para evitar el agarrotamiento de las articulaciones.
ÓRTESIS DE SILICONA
El uso de órtesis de silicona a medida ayudan a corregir, paliar y frenar el avance de la deformidad. Este tratamiento puede ser determinante en etapas de la vida como niñez y adolescencia, ya que la deformidad será flexible y se podrán reducir los signos y síntomas.
CALZADO CORRECTO
Se recomienda utilizar un calzado de tamaño adecuado, amplio de horma y cómodo para evitar que los dedos queden apretados en su interior. Además, se recomienda evitar tacones altos y de punta estrecha, en la medida de lo posible.
CIRUGÍA
Los tratamientos anteriores son conservadores, utilizados cuando la deformidad está en grado «flexible». El tratamiento quirúrgico se dará en casos más severos y «rígidos», cuando no se obtiene mejoría de forma conservadora.
Por lo general, en este tipo de cirugías el paciente se opera y no precisa de ingreso hospitaliario, pudiéndose así ir a casa el día de la intervención quirúrgica. Podrá apoyar el pie desde el mismo día de la cirugía utilizando un calzado post-quirúgico especial que se retirará en torno a las 3 semanas.
El paciente obtendrá una recuperación total en torno al mes de la intervención y podrá retomar su actividad deportiva en torno al mes y medio y los dos meses de la cirugía.
¿Tienes o crees que padeces dedos en garra /mazo o martillo? En Salud Para Tus Pies podemos ayudarte.
Gricelda
noviembre 30, 2023 at 5:09 amMuchas gracias por la información